Están siendo unas semanas complejas. Sabes eso de que si no es una cosa es la otra. Bien, ese es el rollo. No he venido a llorar (ojo, llorar es supersano y liberador), hoy te traigo un conjunto de ideas sobre los que pensar, ideas relativas a lo que es avanzar en tu carrera. Lo que crees que es versus lo que realmente es. Hoy voy a escupir pensamientos que refuerzan por qué estos días complejos son la razón por la que estoy donde quiero estar.
Hace no mucho, una persona me decía que su referente era
, que quería ser cómo él. Pero que le preocupaba la conciliación, y que justo por eso tenía como objetivo trabajar cuatro horas al día, vaya, no estresarse mucho.En ese momento (soy una persona con carácter y temperamento) conté hasta diez. Salvador es el CEO de mendesaltaren. No llegas arriba trabajando cuatro horas al día, ojo, no desde el inicio de tu carrera, tampoco sin estresarte. Llegar arriba es comerte los marrones que nadie quiere resolver, es que te llamen porque después de intentar resolver el problema no hay solución aparente. Es que pidan tu ayuda. Es ser quien inicia o anima a tener conversaciones difíciles. Las que nadie quiere tener.
Los problemas siempre están ahí. Si no es un cliente que se cae, es un proyecto conflictivo, si no es un proyecto conflictivo es alguien del equipo que no está bien, si no es eso, será que necesitas contratar a una persona. Siempre está pasando algo, nunca hay paz.
Crecer es que te vaya la marcha. Es querer pagar el peaje.
Construyes compañías con el objetivo de resolver un problema, pero en la medida que vas avanzando, te das cuenta de que los problemas divertidos los resuelve tu equipo, ellos están ahí para pasárselo bien, para resolver los problemas difíciles. Los problemas de “mierda” te tocan a ti. Porque crecer es precisamente esto, visión y capacidad, resolución de problemas. Crecer es mojarse.
Danny, ¿si avanzo en mi carrera significa que no puedo conciliar? En absoluto, no he querido decir eso, lo que quiero decir es que si estás empezando, y esperas empezar a medio gas, es difícil que llegues rápido a un lugar de responsabilidad o que te den esa responsabilidad. Sé que hay mucha gente que no está nada de acuerdo conmigo por esto, creo que porque compran esa idea de que podemos ser más productivos trabajando menos. Y en parte estoy de acuerdo, pero quiero recordarte que vives en un mundo competitivo. Mientras duermes, al otro lado hay alguien que ha priorizado el trabajo a su vida, es agotador, lo sé. Cuando tú duermes, otro avanza. No es evitable, es el mercado.
En otras cartas he hablado sobre la priorización, y aunque parezca que en el fondo estoy diciendo que debemos ser máquinas de trabajar, siento decirte que no, lo que quiero decir es que debes escoger los peajes que estás dispuesto a pagar para crecer.
Crecer es escoger a qué juego vas a jugar. Cuáles son las partidas que vas a echar, cuántas horas le vas a meter al juego, pensar qué hace falta para pasarte el monstruo final. Y entre más pantallas pases, menos cosas gratas tendrás que hacer, porque la gente que está en el camino, ese que tú ya pasaste, está disfrutando de resolver problemas guais. Crecer es experiencia, y experiencia es anticipación. Esa anticipación te hace “perro viejo”, te hace ver las cosas de forma más objetiva, de una forma menos romántica pero más efectiva. El premio al final del camino es ver a tu equipo crecer y saber que todo irá bien cuando ya no estés, llegar al punto de que ya no haces falta.
Para mí el éxito es dormir tranquilo. Que mi piel esté sana (y estoy seguro de que también para mis clientes). Duermo tranquilo, tengo buenas digestiones, y descanso bien cuando trabajo con gente que responde. Con gente que crece día a día, porque mientras estoy pagando el peaje de resolver los problemas que nadie quiere resolver, vivo feliz sabiendo que avanzan. No es idealizar el trabajo, es ser conscientes que crecer, es dejar de hacer lo que quiero por lo que tengo que hacer.
En mis objetivos no está trabajar cuatro o dos horas, es trabajar las horas que me permitan vivir como quiero, disfrutar de mi vida personal y seguir alimentando la curiosidad y las ganas que tengo de crear compañías. Ver esas compañías crecer.
Es el peaje que yo he decidido pagar. Bueno, los peajes.
¿Cuántas horas entrenas? ¿Cuántas veces dices que no a comer azúcar? ¿Cuántas veces dices “yo me encargo” y realmente lo haces? Esos son peajes, los puedes pagar o no, puedes ir o no al gimnasio, pero no pagar ese peaje significa coger otro camino. No tiene que ser bueno o malo, tu genética y hábitos te puede hacer más longevo que yo, aquí la clave no está en que tú y yo compitamos, sino en que cada uno sea consciente de los peajes que está dispuesto a pagar.
Si no quieres emprender, o ser una persona de referencia en tu equipo, todo lo que digo puede sonar a una marcianada. Tengo amigos, muy buenos amigos que su objetivo y piedra fundamental en su vida es ser los mejores padres. Todo gira al rededor de esto, otros son cantantes profesionales, otros deportistas de élite. Cada uno paga los peajes que quiere pagar y con ellos, traza su ruta y camino.
Esta reflexión concluye en que si tienes a alguien como referente, antes de anhelar su vida, sus triunfos, su estilo de vida o lo que ves. Antes, debes pagar sus peajes, trazar la ruta de esos síes y noes, renunciar a lo que han renunciado y con esto, pedirle a dios que te dé esas gotas de suerte que tenemos todos. Esa suerte que terminan de edulcorar un camino que, sin propósito, puede ser tortura, pero con propósito estoy seguro de que sabrá a la mejor miel que hayas probado nunca.
Como bonus extra te dejo dos lecturas, un libro que para mí es un básico a la hora de gestionar equipos y un podcast que es el germen de todo lo que te he contado hoy.
Gracias, nos vemos el domingo.
Gracias por compartir la reflexión de hoy, a veces ciertas cosas (como esta newsletter) llega en el día y momento oportuno. Guardada, porque se que recurriré a ella para recordar que somos nosotros quien siempre decidiremos los peajes. Pd: curiosa casualidad que este finde de semana me acabará ese libro 😂