Siempre he pensado que hay que estar un poco loco como para emprender. Es decirle a la estadística y al mundo que tú sí puedes, aunque la gran mayoría (tus amigos y familia) te diga que no. Los que fracasan (que claramente suman a la estadística) y los que no hacen nada por miedo a fracasar.
Hoy intento (para ti) descifrar elementos que hacen que esta locura se convierta en “buenos” resultados.
Y es que pienso que gracias a esta cualidad, puedes lograr juntar a las suficientes personas como para que te sigan (en tu locura) y con ellas llevar a cabo tu plan. Lo que viene siendo liderar, vaya.
Esta carta empieza gracias a Javier y su feedback, amigo (y lector):
Tú y yo conocemos a personas que sin importar lo que ocurra, te hablarán sobre lo negativo, y de tapadillo, lo positivo. Hemos sido esas personas alguna vez, no tiene nada de malo (no me he comido a Victor Kuppers, tranqui).
Pregunta: ¿Qué tal las vacaciones? Respuesta: Una mierda - Todos alguna vez
Antes de ir a por el tema principal, rescato un par de lecturas de Naval Ravikant. Naval habla algo así como que al margen de ser optimista, también debes sumar a ese cocktail cierto carácter paranoide. Un grado de locura, la suficiente como para que pienses que en cierto modo, el mundo conspira para que no llegues. Por esto, debes pelear un poco más. Con más garra, apretando aun más los dientes.
En realidad, coincido con él. Luchas contra la estadística. Ella va a por ti.
En fin, de lo que quiero hablar no es sobre si es bueno o no pensar en el peor escenario posible (que puede que también ayude), de lo que quiero hablarte es de cómo enfrentamos los eventos actuales. El ahora. No hablo de pensar en el peor escenario posible del mañana, hablo de actuar hoy en el peor escenario ¿Se entiende?
¿Qué pasa cuando las cosas van mal? Pues depende. Depende de las gafas con las que miras el mundo. ¿Con qué actitud te enfrentas cuando las cosas van mal? hablemos de esto con un ejemplo.
Llevo poco tiempo con el carnet de conducir. Antes de tenerlo, mi sensación e incluso creencia era que la gente era agresiva por defecto. Ahora, cuando estoy yo al volante, mi sensación es distinta. Por lo tanto creo que en gran medida depende de quien lleve el volante. De quien comande.
Yo voy “chill” ¿quieres pasarme?¿pitarme?¿hacer alguna locura? (salvo que me pongas en peligro) seguiré a mi ritmo, dejándote paso. Mi rollo es ir respetando en gran medida las normas de tráfico, no por apretar tres minutos va a cambiar el hecho de que llegue tarde. Lo cambia si salgo con tiempo. Salvo que transporte a un enfermo a punto de morir, no creo que me angustie tanto como para gritar a otra persona. Y si eso pasa, no creo que lo que me angustie sea el tráfico, seguramente sea la muerte.
Entiendo que esto es una forma de vivir. O a malas o relativizando y concentrando tu atención en lo importante. Concentrado en qué puedo hacer ¿qué vas a hacer? En parte, esto lo aprendí de un libro que se llamaba “El arte de no amargarse la vida” (nunca llegué a terminarlo). Y venía a decir algo así como que puedes ser esa persona que se enfada porque se te cuela una viejecilla en la cola del super, o simplemente, ser la persona que deja ese enfado aparcado, asumiendo que esos segundos no te cambian la vida. Si te tienes que enfadar, enfádate por cosas que de verdad importen. Donde tus principios y valores marquen lineas rojas.
Actuar sobre el peor escenario posible es algo que vas a tener que hacer a lo largo de toda tu vida. Es inevitable. Una mala decisión. Un evento no planificado. Una ruptura que no esperabas. Un proyecto que se cae. Una persona que dice que se va de la empresa.
¿Qué vas a hacer con esto?
Puedes pensar ¿Por qué a mí?¿Cómo es posible con todo lo que me esfuerzo?¿Con todo lo que trabajo para que me valoren?¿Con lo único o única que soy? Ni eres tan importante, ni tan único, simplemente las cosas pasan. Lo que determina o separa los buenos resultados de los malos es cómo te enfrentas a ellos. En cómo vives el ahora. Cómo ejecutas en el presente.
Sigamos, eres ¿Víctima o responsable?
Javier (Javi para los amigos) listaba:
Nos vamos mañana de vacaciones pero vamos a pillar un atasco grandísimo
Vamos a pillar un atasco grandísimo pero nos vamos mañana de vacaciones
Nos han asignado un proyecto super rentable pero nos va a generar demasiado trabajo para la estructura que actualmente tenemos.
Nos va a generar demasiado trabajo para la estructura que actualmente tenemos pero nos han asignado un proyecto super rentable.
¿Foco en el problema?¿Foco en el presente?¿Foco en la solución?
Es el mismo evento interpretado de forma distinta. Y seguramente con distinto resultado. No creo que se trate de optimismo, ni de achacar una actitud de “MR Wonderful” a quien eres, se trata de responsabilidad. Se trata de vivir el presente, y de vivir con lo cartas que nos toca vivir (en ese momento).
Arriba citaba tres ejemplos:
Una mala decisión.
Un evento no planificado.
Una ruptura que no esperabas.
Un proyecto que se cae.
Una persona que dice que se va de la empresa.
Y en el esquema se proponen las siguientes preguntas:
¿Qué está pasando?
¿Qué puedo hacer?
¿Cuándo y con qué me pongo?
Llevado al práctica:
¿Qué ha ocurrido? Se ha caído un proyecto
¿Qué puedo hacer?¿Busco más?¿intento recuperarlo?¿Puedo aprender de ello?¿Ahora, dónde dirijo mis esfuerzos?¿y el de los demás?
¿Me lamento por lo que ha pasado? En absoluto, ahora que se ha caído toca continuar con lo que hemos decidido hacer.
¿Puedo hacer algo para evitar que ocurra?¿Puedo anticiparme para cuando vuelva a ocurrir hacerlo mejor? Una vez he identificado qué hacer, me pongo a ello, ejecutando en el presente y pensando en el futuro.
Y es que creo que se trata de tener paciencia y ganar experiencia. La primera vez que te rompen el corazón te pilla de nuevas y te destroza, la segunda duele, la tercera (dolerá también) sabes que hay un duelo y tienes cosas que hacer. Eso es, cosas que hacer. No te lamentas, continuas adelante ¿Qué un compañero decide abandonar el proyecto? La primera vez duele, crees que lo has hecho francamente mal (que puede que sea así), pero la segunda vez que ocurre te preguntas, le preguntas, y te preparas mejor porque aprendes que es normal que pase, y en gran medida si pasa poco tiene que ver contigo (la mayoría de las veces), al menos de forma directa. Pero es no significa que por esto puedas eludir tu responsabilidad.
En la vida pasan estas cosas. Lo que te separa del éxito y el fracaso es la suerte, y en parte, precisamente, buscar esa suerte. Para buscar esa suerte empieza por cambiar las gafas con las que miras el mundo. Dejar las gafas de víctima por las gafas de persona responsable, para con ellas, ponerte manos a la obra. Hacerte cargo. Hacerte cargo de buscar la suerte y romper con la estadística.
Espero que estas cartas de estén ayudando. Si es así, compártelas. Me haces muy feliz, es una chorrada pero este ratito escuchando música de fondo es más agradable cuando veo y siento que puedo ayudar, inspirar y/o entretener a más personas.
Gracias.
💛💛💛