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Hola Danny. Has tocado de uno de los temas que más me apasionan (porque estaba muy en el core de los valores en Apple Retail) y porque ahora, que estoy estudiando teatro terapia Gestalt, para equipos, lo veo con otro enfoque.

Por ejemplo: en cada taller de teatro 🎭 hay rondas al inicio, durante y al finalizar cada sesión. Y nos toca comentar cómo nos hemos sentido. Muchos respondemos: bien. Y ahí es donde entran nuestros mentores y nos preguntan, ya, pero ¿para ti qué es bien? Así que todo el tiempo estamos siendo empujados a concretar, ejemplificar qué sentimos. Otra pauta es no juzgar. Podría ser contradictorio, cuando el feedback “lamentablemente es eso”.

Y ahí creo que está la gran oportunidad de evolución esta herramienta.

Apartarnos del juicio, que siempre será algo subjetivo, basado en nuestras creencias personales. En Apple se nos sugería hablar siempre de hechos objetivos, de situaciones que acababan de suceder y de hablarlo con la persona implicada, evitando el chismorreo.

En Apple hacíamos referencia ella como “fearless feedback”. Pero había mucho más fear, que fearless. Y ya pueden venir los mejores expertos en el tema a dar consejos de manual, creo que a la gente se le necesita entrenar en habilidades que les permitan abordar conversaciones difíciles: vulnerabilidad, sinceridad, franqueza, asertividad, escucha empática (no simpática), y sobre todo aprender a hablar desde lo que sentimos (ahí no cabe el juicio).

Por último, como bien comentas, dar feedback sin ayudar a la otra persona con una idea de CÓMO podría mejorar, simplemente deja el feedback como un mecanismo para liberar frustraciones o tensiones.

No podemos soltar feedback simplemente porque sea bueno para la organización y los procesos. Detrás de cada feedback hay una persona que lo recibe. Y las personas son la organización. Sin personas no hay organización ni productos.

Un saludo 🖖

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